Por José- El Gordo- Oviedo
Del 31 de julio al 8 de
agosto del 1967, se celebró en La Habana, Cuba, la primera conferencia de
solidaridad de los pueblos de América Latina (OLAS) con la anfitrionía del
Gobierno Revolucionario de Cuba y del Comandante Fidel Castro, y con la
asistencia de delegaciones provenientes de los cinco continentes.
Amaury Germán Aristy
(Gerardo Sánchez), miembro del Buró Político del Comité Central del Movimiento
Revolucionario 14 de Junio, fue elegido como vicepresidente de la misma. Para
esa fecha, se encontraba ya en territorio cubano el grueso del equipo de
dirigentes y militantes catorcistas, enviados a recibir entrenamiento militar.
El 25 de octubre del
1967, dieciséis días después de que las agencias internacionales de noticias
dieran a conocer la caída del Ché Guevara, en Bolivia, los teletipos de la
época transmitieron por el mundo una información dando cuenta de la
"desaparición en Holanda del Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, a la
sazón agregado militar de la embajada dominicana en Londres. Se daba inicio así
a la llamada OPERACIÓN ESTRELLA.
Entre junio y julio del
1967, el equipo de dirigentes y militantes del 1J4, encabezado por Homero
Hernández Vargas, salió hacia la República Popular China a entrenarse
militarmente, con el objetivo de a su regreso al país, conjuntamente con el
equipo enviado a Cuba, constituir la fuerza estratégica guerrillera,
responsable del relanzamiento de la lucha armada, en las zonas de Ocoa, Padre
Las Casas y Bonao.
Sin embargo, contrario a
lo diseñado y planificado por la dirección del MR1J4, los planes y proyectos
para relanzar la lucha armada se vieron seriamente afectados por el mensaje que
dirigiera a la nación el ex presidente Joaquín Balaguer, el 4 de febrero del
1967, poniendo en conocimiento de la opinión pública nacional e internacional,
con lujos de detalles, de la existencia de un "plan subversivo del
comunismo internacional". El incremento de la escalada represiva a nivel
nacional, golpea severamente los planes catorcistas, con la caída el 10 de
febrero del 67 en las lomas de Ocoa, de Orlando Mazara y posteriormente, el 4
de mayo del 1967, de los compañeros Luis De Peña (Parrish) y Reyes Saldaña.
Otros dos elementos: el retorno al país del grueso del equipo enviado a China,
portadores de ideas y propuestas, planes y proyectos, diametralmente opuestos a
la línea oficial prevaleciente hasta entonces y, por otro lado, el
mantenimiento o retención (voluntaria o forzada) del equipo enviado a Cuba
contribuirían decisivamente al deterioro de la autoridad y la disciplina
internas y fomentarían la confusión y la desconfianza, a todos los niveles, en
el Movimiento Revolucionario 1J4.
Precisamente, en su
carta-testimonio, Amaury Germán Aristy, contextualiza los motivos que los
llevaron a entregarse a la formación de un nuevo movimiento revolucionario,
bajo la dirección del compañero Román, señalando lo siguiente: "Si bien
una parte de Los Palmeros arribó a ese país (Cuba) sin tener un criterio claro
y correcto sobre la necesidad de la guerra, con la cabeza llena de tesis sobre
el partido, la lucha ideológica y la polémica internacional, etc., otra parte,
la última en llegar con Gerardo, llevaban ya, desde nuestro país, no solo la
línea de la guerra como política oficial del 14 de Junio; sino, además, planes
concretos para iniciarla. Que luego los dirigentes del 14 de Junio desertaran
de esa línea es harina de otro costal …"
Hoy, podemos afirmar que
el surgimiento de los Comandos de la Resistencia, como resultado del acuerdo,
que a finales del 1967, en La Habana, Cuba, hicieran Los Palmeros, encabezados
por Amaury Germán Aristy, con el Coronel de Abril y Héroe Nacional, Francisco
Alberto Caamaño Deñó, al tiempo que marcó la entrada en escena de un nuevo
movimiento revolucionario, profundizó la crisis de identidad y disolución del
MR1J4. A menos de un año, las filas del 14 de Junio serían estremecidas por
otras rupturas y separaciones, que dieron lugar a un nuevo sistema de lealtades
y complicidades, de unidad de propósitos y acción, sin que en la mayoría de los
casos, durante ese período (1967-1973) se mellaran las amistades y los afectos
cultivados durante más de un lustro de militancia compartida. De las entrañas
del 1J4, a mediados del 1968, surgirían: la Línea Roja del MR1J4, la Unión de
Lucha por una Nueva Quisqueya, la Unión del Trabajo de la República Dominicana
y el grupo de ex miembros del Comité Central.
En los inicios de la
segunda década del siglo XXI, ninguno de esos grupos existe en la escena
política nacional. La parte sobreviviente de cada uno de ellos tiene diferentes
visiones y actitudes frente al presente y al futuro de la nación dominicana, y
participa de la política partidarista desde espacios tanto tradicionales como
alternativos. Frente al pasado, que para muchos de nosotros fue el tiempo de
nuestra primera juventud, compartimos, salvo algunas excepciones, un mismo
sentimiento de no arrepentimiento y de orgullo por nuestra manera de vivir y
luchar en ese tramo de nuestras existencias.
Al congregarnos aquí, 46
años después del nacimiento de los Comandos de la Resistencia, a 41 años de los
combates de Las Américas, y 40 años de Playa Caracoles, buscamos encontrar
juntos respuestas a muchas preguntas e interrogantes que todavía pululan en
nuestros pensamientos, en torno a una serie de hechos, escenarios y personajes,
que fueron protagonistas o actores de los mismos. No nos anima ni el odio ni el
deseo de la venganza; pero mucho menos el de tender un manto de olvido y de
perdón sobre esos acontecimientos. Lo que queremos es aproximarnos, cada día
más, a la verdad, para ser justos a la hora del veredicto final de la historia.
Por último, quisiera
hacer provecho de este panel y de estas líneas escritas a propósito del mismo,
para reiterar el orgullo y el honor que para mí representó y representa haber
sido contemporáneo de Amaury Germán Aristy, de Virgilio Perdomo Pérez, de
Ulises Cerón Polanco y Bienvenido Leal Prandy (la Chuta). Haber militado junto,
en el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, perteneciendo al Buró Militar, al
lado de Baby Mejía, Homero Hernández y el Chori.
Conocí a Amaury Germán
Aristy cuando sus padres, don Manuel Germán y doña Manuela Aristy, vivían en
Azua. Nos volvimos a ver cuando nuestras familias se establecieron en la
capital, (1961-1962). Después de nuestras respectivas salidas hacia el
extranjero (Cuba y Francia, respectivamente, en los años 1967 y 1968) no volvimos
a encontrarnos en ningún punto de la geografía del país y tampoco en el
extranjero.
El 12 de enero de 1972,
estando en los terrenos de la universidad Autónoma de Santo Domingo, me enteré
del cerco que las fuerzas militares y la Policía Nacional, habían tendido
alrededor del escondite de "los muchachos". Un poco antes del
desenlace de ese combate desigual, le llevé a doña Manuela un retrato de su
hijo, hecho a plumilla por el arquitecto Amable Sterling, y que aún sigue
colgado en los pasillos de su casa en la Salomé Ureña.
No volví a verlo, pero
lo sigo admirando y recordando. Y más aún, en cada enero, en cada febrero, en
cada abril, en cada junio, en cada diciembre, Amaury vuelve a nacer y "va
matando canallas, con su cañón de futuro".